David Martínez, gerente de comunicación externa de Orange, estuvo en Influence One y de un modo inesperado, al tiempo que original nos embaucó y dejó a todos enganchados a su ponencia bajo el título “Comunicar para influir en un entorno de influyentes”. Nada más comenzar ya nos advirtió de que su relato no iba a ser muy “tuiteable”: “un cuento sobre comunicación corporativa, sexo y amor”.
De este modo David nos introdujo en el mundo de las marcas y los influencers. Las primeras buscan cada vez más continuidad con el cliente, persiguen que se enamoren de ellas y que las recomienden a otros, planteando una relación abierta, más plena y apoyada en la fidelidad, “una relación estable”. Pero para esto se necesita ayuda… Tradicionalmente las empresas encontraban el apoyo en los medios tradicionales, pero lo cierto es que han ido surgiendo otros soportes de influencia y es por esto, que se busca a gente que pueda contribuir a difundir los mensajes y reforzar la reputación de la empresa.
Las relaciones que se establecen con estos influencers, o “nuevos casamenteros”, como los llama en su relato, se construyen con cierta desconfianza, ya que pueden estar escribiendo sobre un tema por decisión propia o a cambio de unas cuantas monedas. David también recalcó que los influencers no han aparecido ahora, que han existido siempre. Hoy además, existen otros influyentes muy importantes: la gente que está conectada desde sus casas, o a quienes desde las empresas llamamos “prescriptores”. Sin embargo, al tratarse de personas anónimas, siempre corremos el riesgo de sufrir el poder de la influencia desde el lado opuesto, es decir, a través las críticas a tu empresa.
Este relato llegó a su cauce final con una frase que sentimos decirlo David, ¡fue bastante tuiteable! “Comunicar por huevos” no es otra cosa que poner huevos en distintas cestas. No debemos hacerlo únicamente en los medios tradicionales y olvidar las redes sociales. Hay que estar atento a todos los soportes de comunicación, a los nuevos nodos de influencia y no despreciar ninguno de ellos.
Os dejamos la ponencia completa y su presentación (porque llevaba razón, no podemos contaros el cuento entero ;))